Diferencias entre ganadería intensiva y extensiva
El tipo de alimentación de los animales es una de las principales diferencias entre la ganadería extensiva y la intensiva. La primera aprovecha los propios recursos del territorio mediante el pastoreo. La segunda depende de alimentos adquiridos fuera de la explotación y generalmente de producción industrial, como granos y piensos « y materias primas como la soja, muy relacionadas con la deforestación de regiones tan importantes para el clima planetario como el Amazonas”, advierte Pablo Urivelarrea, experto en sistemas agrarios sostenibles de la organización ambiental WWF (World Wildlife Fund).
Caracterización de la ganaderia intensiva
“La ganadería intensiva se alimenta de productos agrícolas que compiten con los humanos por los recursos. En lugar de aprovechar directamente el pasto disponible, este tipo de producción industrial, para ser más eficiente, consume grandes cantidades de alimentos externos, como el maíz, que podrían alimentar directamente a las personas”, explica Urivelarrea. Esta mayor cantidad de insumos externos requeridos pueden implicar, según agrega, un mayor impacto ambiental por su procesamiento y transporte, además de otros efectos contaminantes como la acumulación de purines.
Urivelarrea recuerda que la ganadería extensiva “depende del ecosistema natural y la climatología, y recurre a tierras de pastos y prados que generalmente no se pueden utilizar como superficie agrícola; además las abona y ayuda a reducir su vulnerabilidad frente a los incendios” al limpiar el terreno. Mientras que la ganadería intensiva puede ubicarse en cualquier espacio donde sea posible un recinto con instalaciones industriales para decenas, cientos o incluso miles de animales. Por ello es más frecuente que el primer modelo críe razas de ganado adaptadas al territorio, en lugar de las de alto rendimiento cárnico o lácteo del segundo.
El experto pone un par de ejemplos de España para diferenciar ambos modelos: el contraste entre la cría de cerdos en una dehesa, donde se alimentan de bellotas y se mueven con libertad en un amplio espacio natural, frente a la cría en una nave en la que están confinados y se alimentan con cebo. O un rebaño de vacas que pastan en un monte, se mueven entre zonas de prados en función de la estación, frente a las reses estabuladas para su ordeño.
Según estos ejemplos, parece evidente que la ganadería extensiva cumple con los tres pilares para considerarse sostenible: ambiental, social y económico. “El pastoreo propio del sistema extensivo favorece el cuidado de los hábitats, las especies y los ecosistemas vinculados con la ganadería desde hace miles de años”, asegura Urivelarrea. También requiere de más mano de obra en comparación con las explotaciones más mecanizadas, lo que le permite “fijar población en el medio rural”. Además, “juega un papel clave en la adaptación al cambio climático”, de acuerdo con la Fundación Entretantos en el informe ‘Situación de la ganadería extensiva ’.
Pero en América Latina, donde el 80% de los ganaderos desarrollan una tradición extensiva y rural, con un 75% de la producción concentrada en cinco países –Brasil, Uruguay, Paraguay, México y Argentina–, ganadería extensiva se asocia a deforestación. “Casi todas las tierras deforestadas durante el decenio de 1990 se convirtieron en pastizales para criar ganado en sistemas extensivos de pastoreo », remacha la FAO en un monográfico sobre ‘Ganadería y deforestación’. « Se requiere poca inversión para comenzar a criar ganado en tierras baratas o abandonadas, donde ya crece la hierba. Y las ganancias pueden ser elevadas, al menos por un tiempo. Pasados apenas entre 5 y 10 años, el exceso de pastoreo y la pérdida de nutrientes convierten las tierras del bosque lluvioso, que antes eran un depósito de biodiversidad, en terrenos estériles », concluye el análisis.
« Hemos de impulsar la transición de la ganadería extensiva convencional a una sustentable”, defendía, en mayo de 2021, Adrián Vega, experto de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México, en el encuentro ‘La ganadería, una oportunidad para potenciar la acción climática en América Latina y el Caribe’, organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y FAO en México. El modelo extensivo es, según destacó, responsable de cerca del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de su país, y del 68% de las emisiones del sector agropecuario.
Los sistemas intermedios: ganaderías semi intensiva y semi extensiva
A medio camino entre un modelo y otro, las ganaderías semi intensiva y semi extensiva mezclan características de ambos. Las explotaciones semiextensivas varían entre un 15% y un 50% de alimentación mediante pastoreo y no superan una carga específica de animales por hectárea. Un ejemplo sería una cabaña de cabras que ramonea en el monte, pero su alimentación se complementa con maíz u otros piensos y se ordeñan en instalaciones mecanizadas.
También existe un tipo de explotación por encima de la ganadería extensiva: la explotación extensiva plus, que trabaja con sistemas trashumantes, razas rústicas y producción ecológica, y donde más de un 75% de la alimentación se realiza mediante pastoreo, según el documento ‘Propuesta de caracterización de la ganadería extensiva’, de las organizaciones WWF, Trashumancia y Naturaleza o la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo, entre otras.
Urivelarrea explica que la ganadería extensiva cumple con los tres pilares para considerarse sostenible: ambiental, social y económico. “El pastoreo propio del sistema extensivo favorece el cuidado de los hábitats, las especies y los ecosistemas vinculados con la ganadería desde hace miles de años”, asegura. También requiere de más mano de obra en comparación con las explotaciones más mecanizadas, lo que le permite “fijar población en el medio rural”. Algo especialmente valioso en zonas castigadas por el despoblamiento y sin apenas relevo generacional en los oficios.
Además, “la ganadería extensiva juega un papel clave en la adaptación al cambio climático”, de acuerdo con la Fundación Entretantos en el informe ‘Situación de la ganadería extensiva ».
Por el contrario, la ganadería intensiva requiere de menos mano de obra en comparación, pero de mayor cantidad de insumos externos, sobre todo de alimentos, que pueden implicar un mayor impacto ambiental por su procesamiento y transporte, además de otros efectos contaminantes como la acumulación de purines. “La intensiva puede alimentarse de materias primas como la soja, muy relacionadas con la deforestación de regiones tan importantes para el clima planetario como el Amazonas”, concluye el experto. La ganadería extensiva es aquella que aprovecha eficientemente los recursos naturales del territorio, con una baja utilización de insumos externos y principalmente mediante pastoreo.
Especies adaptadas al territorio
En general, se caracteriza por el empleo de especies y razas de ganado adaptadas al territorio, el aprovechamiento de pastos diversos ajustándose a su disponibilidad espacial y temporal, y el respeto del medio en el que se sustenta. En efecto, los sistemas extensivos se basan principalmente en el pastoreo de ecosistemas naturales modificados por el hombre, configurando agroecosistemas y están sometidos a los ciclos naturales.
Ganadería sostenible y ecológica
Dentro de la ganadería extensiva podríamos incluir a la ganadería sostenible o ecológica, que es la ganadería perdurable en el tiempo y que mantiene un nivel de producción sin perjudicar al medio ambiente o al ecosistema. La ganadería sostenible se incluye dentro del concepto de desarrollo sostenible. En todo caso, tanto la ganadería extensiva como la intensiva tienen impactos sobre el medio ambiente y el cambio climático.
Aprovechamiento de pastos y conservación del medio
Generalmente, las explotaciones ganaderas extensivas aprovechan a diente todo tipos de pastos: prados, pastizales, hierbas y rastrojos; propios, ajenos o comunales, de forma permanente o temporal. Esta actividad económica es esencial para el territorio y la sociedad, ya que no solo genera productos de calidad, sino también configura paisajes, ayuda a controlar los incendios forestales, regula los ciclos del agua y la calidad del suelo, ayuda a potenciar la biodiversidad y a conservar el patrimonio cultural y la identidad territorial.
Ventajas e inconvenientes de la ganadería extensiva
Ventajas de la ganadería extensiva
- Requieren un escaso aporte de energía fósil, en ocasiones se requiere 0,1 kilojulio o menos para obtener 1 kilojulio de alimento en la mesa del consumidor. Mayor eficiencia energética global.
- Contribuyen a mantener los agroecosistemas de los que forman una parte esencial, manteniendo los agroecosistemas naturales del entorno, como la biodiversidad.
- Previenen los incendios forestales mediante el control arbustivo, la reducción de biomasa combustible, etc.
- Aprovechan pastos naturales que solo mediante el pastoreo y la ganadería extensiva pueden transformarse en alimentos para el ser humano.
- Menor dependencia de productos agrícolas como cereales, soja, etc.
- Dinamiza la economía rural y fija su población.
- Proporciona un mayor bienestar a los animales.
Inconvenientes de la ganadería extensiva
- Menor control del ambiente en que se desenvuelven los animales y dependencia de los ciclos climáticos.
- Menor productividad por unidad de superficie.
- No puede ajustarse fácilmente a la demanda de los consumidores.
- No puede proporcionar productos tan homogéneos como solicita la distribución y el mercado de las grandes superficies comerciales.
- En determinados territorios, por ejemplo Latinoamérica, la ocupación de la ganadería extensiva de zonas boscosas puede perjudicar al medio ambiente reduciendo la cantidad de bosques y biodiversidad.